Gran despedida de la Trek 9.8 – Hasta siempre!

Tras un largo camino a lomos de mi Trek 9.8 hoy ha llegado el momento de despedirla.
Han sido casi 6 años de grandes etapas, míticas batallas, muchas alegrías y pequeñas caídas. Mi Trek nunca me ha fallado y siempre quedará en el recuerdo de todos los que nos reunimos los sábados a las 08:30h en la Plaza Mayor.
Este pequeño espacio en el Universo ha sido cómplice de todas y cada una de sus salidas desde su inicio hasta su final.
Recuerdo perfectamente cuando me enamoré de ella: me la presentó mi amigo y compañero de Almendricos Ginés Ayala -un apasionado y gran sufridor del MTB-.
La Trek 9,8 ya está disponible en la tienda de Salva, para quien quiera ponerse sobre sus cubiertas.

Ni más ni menos que casi tres meses después he vuelto a la carga y a dar guerra. Lo peor es que ya no estoy como estaba o como yo me pensaba.
Hoy la salida fue en carretera y casi puntuales, a las 8:30h nos dábamos cita en el lugar de siempre:

  • Tremendo reencuentro con la fantástica Btwin,
  • con la nueva prima de JuanJe: la nueva Orbea-Indalbike,
  • también nos sorprendió un poco la aparición de Pedrito Torrente, y la de Julian “El Murcianico”.

La ruta propuesta fue llegar a la Santa de Totana y nos pusimos manos a la obra, teniendo los primeros ataques y descuelgues justo al pasar San Francisco. A la llegada a Pulpí esperamos al grupo perseguidor. El siguiente tramo era llegar a Lorca y en el paso por La Campana, algunos bikeros decidieron tomar por Almendricos y llegar a Huércal pronto. No sé si porque íbamos demasiado rápido, porque tenían prisa,…. No sé. Pepe 14, JuanJe, Kiko y César fueron los que hicieron la ruta corta.

A la llegada a Lorca, se me ocurre mirar el Polar y me di cuenta, que la ruta no estaba siendo nada fácil: 32,8km/h de media que llevábamos en las piernas, y eso a mí no me iba a pasar factura. El grupo decidió parar un rato para reponer fuerzas y tomamos la decisión de abortar la ruta prevista y subir las crucecicas para acortar un poco de km. En ese momento apareció César con la Btwin, y es que resultó que no tomó la ruta corta -como nos pensábamos- y siguió detrás del grupo sin que el primer grupo se diera ni cuenta. Se hizo un segundo grupo perseguidor: César y la Btwin llegaron a Lorca unos minutos más tarde que el primer grupo. Impresionante!!!

La vuelta por las crucecicas me pasó factura y sólo recuerdo el final: las cervecitas en la Gasolinera, y es que gracias a Pablo, a César y Pedro Torrente, pude llegar medio decente al destino.

A la llegada a mi casa, el Polar marcaba 126km y una media de 29,7km/h

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